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Faro

Las playas de Faro y la Ría Formosa, donde se ven flamencos alzar vuelo, marcan la frontera con el mar. En el terreno llano detrás están las casas y edificios de Faro, parcelas de vegetales verdes que prosperan en la tierra fértil y ruedas de agua que alguna vez fueron utilizadas para sacar agua del suelo, otro recordatorio del patrimonio morisco de la ciudad. A lo lejos, un semicírculo de suaves colinas, sus laderas cubiertas de árboles frutales, enmarca el paisaje. Pueblos donde la vida transcurre al mismo ritmo fácil que en siglos pasados, donde las iglesias modestas ocultan obras de arte de asombrosa belleza, donde los vestigios de la magnificencia de los romanos aún cubren los campos. Estos son algunos de los encantos de Faro y su municipio, un punto de partida ideal para emocionantes viajes de descubrimiento.

Su elevación al estado de una ciudad, en 1540, y la transferencia, en 1577, de la sede episcopal que hasta ese momento se había localizado en Silves, fueron pasos importantes en la historia de Faro. Su crecimiento constante y su importancia en el contexto regional fueron tales que fue elegida como capital de la provincia de Algarve en el momento de la reorganización administrativa que tuvo lugar en el siglo XIX.

Las últimas décadas han contribuido decisivamente a la posición de Faro, inyectando nueva vida económica y confirmando su vocación de centro de servicios para todo el Algarve.

La construcción de un aeropuerto internacional en las afueras de la ciudad en 1965 convirtió a Faro en un centro para el tráfico de turistas en toda la región. Otros elementos de la infraestructura que han tenido un impacto positivo en la vida económica, social y cultural de la ciudad son la Universidad del Algarve y el Conservatorio Regional (Music Regional College), ambos tienen su sede en Faro y atraen a estudiantes del el resto de la región y de otras partes de Portugal, y el hospital del distrito.

Con su rico patrimonio artístico y muchos museos, hoteles, restaurantes y otras instalaciones, sin mencionar las numerosas atracciones que ofrece el área circundante, desde las largas playas de Faro, las islas Farol y Culatra hasta las importantes ruinas romanas de Milreu, Faro es también una ciudad con una fuerte vocación de turismo.

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